Por GERARDO BLEIER
Prepararse para la peor, procurando lo mejor.
El tema de la izquierda es el futuro… diseñar con sofisticación teórico-política y técnica el programa de la regeneración posneoliberal del proyecto nacional (regional) de desarrollo autónomo…
Pero a corto plazo, basándose en su fortalezas (apoyo electoral entre ellas) cogobernar desde la sociedad… Nada de oposición ramplona a todo, como cuando carecía de cultura de gobierno, razón por la cual no estaba en condiciones de formular propuestas que contemplaran todos los componentes de la dialéctica de desenvolvimiento de la sociedad nacional y global.
El Derecho institucional a la última palabra la tiene, cómo no, el presidente, que ganó las elecciones, pero el derecho a liderar políticamente a la sociedad lo tiene el que presente cada día ante cada tema las propuestas más serias y mejor fundamentadas.
La izquierda, repito, ya no es aquella fuerza sin cultura de gobierno que desconocía casi todo sobre las complejidades de administrar un Estado nación en medio de las disputas geopolíticas que tienen lugar en el mercado global….
Luis Lacalle Pou ha demostrado ser, además de un muy buen político, un joven valiente, capaz de administrar con autoridad la estabilidad de la coalición que lidera y la de la nación, para lo cual necesita mantener puentes abiertos con el partido mayoritario del sistema político uruguayo, el Frente Amplio, hoy en la oposición.
Lo necesitaba ya antes de que la crisis global de más de una década se agravara por los efectos de la pandemia y lo necesita claro, mucho más ahora, en el tiempo de la incertidumbre radical que esa circunstancia ha abierto.
Lacalle Pou tiene que gestionar una coalición en otro tiempo histórico impensable… con el mundo en obras por lo menos por cuatro o cinco años… y con mucho superfluo a su alrededor.
Así y todo, el gobierno implementó en los últimos meses y con mucha solvencia, tres acciones relevantes: gestionó seriamente y respaldándose en la sociedad y la ciencia la contención de la pandemia, adoptó una actitud flexible e inteligente en la negociación de la LUC, y aprovechando que encontró una sociedad dinámica y con bajos niveles de pobreza e indigencia moderó correctamente el gasto público para no incrementar la deuda externa uruguaya.
Como parece que habitamos una América del Sur en el que las burguesías domésticas han devenido “desclasadas” … lumpenimperialistas, mendicantes… sumisos gerentes del capital especulativo, los desafíos para la izquierda, pero también para el gobierno, si no quiere irse por la puerta de atrás de la Historia, son enormes.
Lacalle Pou ha demostrado tener talento político… se verá si además logra ubicarse en la posición de un estadista.
La izquierda por su parte, tiene que manejar con rigor crítico la siguiente dialéctica: facilitar en todos los planos la gobernabilidad tolerando con estoicismo y a veces en silencio las porquerías que andan haciendo y diciendo por ahí… pero, al mismo tiempo, hay que perfeccionar la organicidad del movimiento popular para defender la calidad de la democracia y enfrentar con la sociedad las zonas más regresivas de la práctica del gobierno en términos del contenido democrático igualitario del proyecto nacional de desarrollo, construido con serena inteligencia (aunque también con errores) durante los quince años en que fue gobierno.
Para ello resulta necesario un marco conceptual que fomente la emergencia de una nueva política, desburocratizada radicalmente, inmersa en la sociedad, en TODA la sociedad.
La izquierda y el movimiento obrero y popular uruguayos están en condiciones de hacerlo.
Invitado Autor: Gerardo Bleier (1960, Montevideo)
Escritor, Periodista y Asesor en Comunicación Estratégica.
Dirigió revistas, radios y programas de televisión.
Publicó varios libros de poesía entre ellos Ideanimas (Arca) y Cenizas (Artefato) y una novela Cráneo de Vaca (Cruz del Sur).
(*) Foto de Portada: Alina Grubnyak
(**) Interior: 'El algoritmo de Siracusa".