Por Sergio Rinaldi.
En los años oscuros de la dictadura uruguaya, la Cinemateca reunía en sus salas a miles de espectadores, como un faro que alimentaba la resistencia desde la sensibilidad del séptimo arte.
Todavía guardo sus revistas, la programación mensual y las sinopsis de papel áspero con letras húmedas, rasgadas por la mano del mimeógrafo oculto, salvoconducto ineludible para ingresar al mundo, alucinante, de la linterna mágica.
Promediando cada mes, entre amigos y cinéfilos ocasionales, intentábamos adelantarnos al movimiento, el director o la temática privilegiada en el siguiente programa.
Cuando llegó el momento del sueco Ingmar Bergman, las emociones coincidieron para recibirlo, disfrutarlo y celebrarlo.
Cada cual rescataba su punto de cercanía narrativa o visual con el autor, pero todos estábamos resignados a dejarnos cautivar, en el instante preciso que el silencio abría paso al primer plano, por la belleza dorada y azul de una de sus musas inspiradoras: Liv Ullman.
Veinte años más tarde, en una tarde de abril palíndroma del 2002, está frente a mí, y no lo puedo creer.
Llegó a Cuba invitada por el Instituto del Cine local para recibir un homenaje a su trayectoria, que incluyó una exposición de fotos, un ciclo de películas y la presentación de la que era su última película: Infiel, esta vez como realizadora de un guión de Bergman:
La infidelidad que Bergman retrata en su último guión no es una deslealtad consciente; no estamos ante un acto de la voluntad. En este nuevo milenio que estrenamos, la deslealtad es un modo de vida que cada vez adoptan más personas. Los principios morales simplemente desaparecen. Hombres y mujeres deciden «jugar» a un «juego de adultos»: amémonos al límite, seamos felices juntos, olvidémonos de juzgar qué es bueno y qué es malo. Pero súbitamente todo se desmorona. Tragedia.
La noruega lo filmó en la casa que el cineasta había construido para ambos en la isla sueca de Fårö.
Los planos, al borde del mar, acarician los fantasmas del director. El viejo Bergman convoca a espectros perdidos y errantes en los laberintos de su memoria de aquel lejano proceso de demolición íntima, y ellos le cuentan qué les pasó, qué infierno acecha a un hombre y a una mujer "cuando buscan fundirse el uno en el otro".
En otoño de 1997, Bergman envió a Liv Ullmann el manuscrito de Infiel. Dos años tardó la cineasta en ordenar y visualizar interiormente para hacer suya paso a paso la palabra, el complejísimo entramado de personajes, imágenes, ideas, vivencias, situaciones y emociones que el escritor conjuga en su riquísimo relato.
Y, asombrosamente, Ullmann extrajo de aquel sombrío monumento de la imaginación pesimista un incontenible chorro de luz, de claridad.
Yo amo la vida. Bergman ve las cosas de manera diferente. Su visión es sombría, mientras que la mía es más bien optimista. Bergman es más un observador de la vida que un actor en ella. Pero yo no soy así, yo actúo, yo quiero participar. Pienso que esta combinación de diferentes actitudes y puntos de vista da buenos resultados en el cine.
"Liv, tú eres mi Stradivarius". De esta forma se refirió en una ocasión Ingmar Bergman a la que fue su actriz desde 'Persona' hasta el último aliento de vida. Había sido protagonista en nueve de sus extraordinarios poemas fílmicos sobre la incomunicación, la desesperanza y la soledad de la especie humana.
La actriz noruega, nacida en Tokio en 1938 - donde su padre trabajaba como ingeniero de minas agregado en la embajada noruega en Japón-, se sintió a gusto en la sala de prensa del Fresa y Chocolate, frente al mítico cine Charles Chaplin, a pasitos de la histórica esquina de 23 y 12 en La Habana.
En la conferencia se desenvolvió de forma brillante, locuaz, dispuesta a emitir criterios sobre cualquier tema, ya sea con humor como cuando narró cinematográficamente el “mudo” deslumbramiento entre Ingmar Bergman y Woody Allen, o a cuán urgente resulta el compromiso del cine contemporáneo con los grandes problemas de esta época: la violencia cotidiana, la exclusión, las desigualdades:
Ignoro si yo soy, o no, una activista del feminismo, pero sí conozco bien el significado de trabajar toda una vida, incluso en el campo político, en pro de la igualdad. Si ser feminista implica convertirse en un ser creativo, fuerte y además consciente de toda la hermosura que conlleva ser mujer, entonces yo soy también una activista del feminismo. Estoy siempre dispuesta a reclamar mis derechos, y los derechos de todos, pero no solo en tanto mujer, sino como ser humano incapaz de resignarse, ser humano que opta por la rebelión ante lo que no cree justo.
Desde su lugar de realizadora, los periodistas allí reunidos tuvimos la curiosidad de saber si su método de dirección está en concordancia con su filosofía de vida, distante de autoritarismos y presunciones, o por el contrario aplica mano dura.
Le confiero absoluta libertad a los actores que han trabajado conmigo. Porque lo importante es seleccionar a los adecuados para el papel que le estás entregando, y que además se trate de gente noble, aportadora, creativa. Es como quien siembra una planta. Solo con proveerla de agua, luz y calor, llegará a florecer algún día. Por otro lado, la libertad no quiere decir improvisación, hay que ser muy profesional para merecer ese derecho. Si algo aprendí de Bergman es que dirigir es lo contrario de predecir. Actuar es siempre una sorpresa.
Liv Ullmann es leyenda viva y referente en un cine que se propone reflexionar y hacer reflexionar sobre la condición humana. Pero no parecen ser tales los derroteros imperantes en la corriente “principal” del cine industrial contemporáneo.
Precisamente lo que está ocurriendo con el cine comercial es que en general carece de valores morales y humanos, excava en la brutalidad y la promueve. Este tipo de películas intenta convencerte, con más o menos sutileza, de que no vale nada la vida de la gente, y que puede y debe aplaudirse a quien sea capaz de ultimar a balazos a diez personas en un instantes.
Ullmann fue ganadora en los Premios Globos de Oro y también en el Círculo de críticos de cine de NY a la Mejor Actriz por su interpretación en Los emigrantes del año 1972. Fue nominada dos veces en los Premios Oscar y en la entrega de los Premios BAFTA y ganadora en el Festival de San Sebastián por protagonizar el filme La amiga de 1988.
Por elevación se refirió a “La Meca”, pasó por Hollywood con el risible récord de haber provocado el cierre de dos estudios en 3 años, luego de 4 películas con pésimas taquillas, pero eso no impidió que su grandeza se proyectara sin la gran industria del cine norteamericano.
No creo que Hollywood y yo nos hallamos hecho ningún tipo de contribución mutua, no teníamos nada que ver. Pensándolo bien, sí es posible que me haya servido para algo mi experiencia allí. Me valió para regresar en mejor forma al cine nórdico, para lograr envejecer en paz sin estar ansiosa por las gestiones de mi agente; después, trabajé para la ONU, viajé por muchísimos países, crecí , y gracias a no estar en Hollywood es que estoy ahora aquí, sentada en La Habana, en Cuba, un país que añoraba visitar desde hace décadas, un país cuya música, cultura y cine no me son ajenos, y de algún modo llenaron mis sueños de juventud.
Sus sueños de juventud se cumplieron.
Los de la barra inquieta, solo posibles en la ficción imaginada, ahora estaban allí, Ansikte mot ansikte.
Aquella belleza que inquietaba como una alucinación fantasmagórica, retratada en blanco y negro, mantiene intacta su luminosidad desafiando el paso del tiempo, dibujando en su sonrisa, trazos de su vida.
FILMOGRAFÍA
DIRECTORA
2014: Miss Julie
2000: Infiel
1996: Encuentros privados
1995: Kristin Lavransdatter (la novela de Sigrid Undset)
1992: Sofie
ACTRIZ
2006: The danish Poet corto animado (voz)
2003: Saraband
1994: Zorn(TV); Drømspel
1992: La somba distante
1991: Sadako and the Thousand Paper Cranes (voz)
1990: Mindwalk
1989: Juicio a un desconocido
1989: La Amiga (Argentina)
1987: Gaby
1984: La diagonal del loco
1978: Sonata de otoño
1977: Un puente lejano; El huevo de la serpiente
1976: Cara a cara
1975: Leonor
1974: La abdicación de una Reina
1973: Secretos de un matrimonio; 40 Carats
1972: La papisa Juana; La nueva tierra; Gritos y susurros
1971: El visitante nocturno
1969: Pasión
1968: La vergüenza
1967: La hora del lobo
1966: Persona
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